Aprovechando que estamos en Navidad, y que, en la mayoría de casas se consume este tipo de alimento, vamos a contaros cómo hacemos nosotros para obtener nuestra palmera datilera.
- En primer lugar nos comemos los dátiles y separamos las semillas o huesos.
- Los lavamos y le quitaremos algún resto que pueda quedar adherido al hueso.
* Un paso optativo, es el tenerlos sumergidos en agua durante una semana. No es obligatorio pero sí facilita el germinado.
- Humedecemos una servilleta absorbente de cocina, evitando que quede excesivamente mojada (un truco para lograrlo es humedecerla con un pulverizador o bien meter la servilleta en un recipiente con agua, quitarla y apretarla para escurrirla; logrando la humedad pero evitando el exceso de agua)
- A continuación debemos colocar sobre la servilleta los huesos, separándolos entre sí para que no se toquen.
- Los tapamos y hacemos una ligera presión sobre los huesos para que no queden zonas muertas.
- Los colocaremos dentro de un táper o recipiente y los dejaremos en una zona de la casa cálida ( un truco para acelerar el proceso, es colocarlo sobre una fuente de calor tenue, como por ejemplo el router o la salida del aire de la televisión)
Es necesario controlar cada dos o tres días la humedad de la servilleta, controlando que siempre tenga humedad.
(una semana después)
Una vez desarrollada la raíz, debemos pasarlo a un recipiente con tierra para que continúe su desarrollo.
(dos semanas después)
Hemos probado con diferentes tipos de dátiles y prácticamente no importa si son en rama, al natural o confitados, todos terminan germinando.
Debemos tener en cuenta que tienen un crecimiento de los más lentos, y que debemos tener paciencia para obtener los resultados. Pero es ideal para los que siembran pensando en el futuro.
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